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Investigando Preferencias Implícitas
¿Cómo es posible medir las actitudes y creencias implícitas cuando las personas ni siquiera saben que las tienen? Una de las maneras más comunes es con una técnica experimental conocida como "inducción" (priming en inglés) (Wheeler y Petty, 2001; Wittenbrink, Judd, y Park, 1997). Típicamente, los participantes de estos estudios son expuestos a una palabra o a una imagen que les trae a la mente temáticamente ideas o asociaciones que tienen que ver con un blanco de prejuicio (ej. un grupo étnico minoritario). Luego, una vez que un prejuicio o estereotipo implícito ha sido activado, los investigadores pueden medir su fuerza, contenido y efecto en otras actitudes, creencias y comportamiento.
En un experimento pasado, usando esta técnica, Patricia Devine (1989) puso a estudiantes universitarios blancos a ver una pantalla que era capaz de mostrar palabras tan rápidamente que no se podían detectar. En una condición del experimento, a los participantes se les mostraba una serie subliminal en la que el 80% de las palabras eran estereotípicamente asociadas con afro-americanos (ej. jazz, ritmo, atletismo, básquetbol, esclavitud). En otra condición, sólo el 20% de las palabras eran asociadas con afro-americanos. Enseguida, a estas personas se les pedía que leyeran un pasaje corto y que juzgaran las acciones de la persona a la que describían. Devine descubrió que las personas del grupo del 80%, quienes, sin darse cuenta, habían sido severamente "estructuradas" con palabras estereotipadas, juzgaron relativamente con más hostilidad a la persona (acto esperado por la activación general de un estereotipo hacia los negros). Además, esta activación ocurrió sin importar cuán alto o bajo los participantes habían sido clasificados en medidas explícitas de racismo, sugiriendo esto que aún cuando las personas no creen en estereotipos raciales, el solo saber acerca de los estereotipos es suficiente para activar la discriminación.
Una de las técnicas más populares para sondear los prejuicios implícitos es la Prueba de Asociación Implícita (IAT por sus siglas en inglés) (Greenwald, Banaji, Rudman, Farnham, Nossek, y Mellota, 2002; Greenwald, McGhee, y Schwartz, 1998). La IAT es una prueba computarizada que mide qué tan rápido las personas pueden categorizar varias palabras e imágenes y enfatiza el hecho de que muchos de nosotros identificamos palabras e imágenes más rápido cuando vienen de categorías relacionadas entre sí que cuando vienen de categorías no relacionadas. Por ejemplo, si usted asocia bibliotecarios con inteligencia y toreros con violencia, usted podrá saber en cuestión de segundos que los sinónimos como listo e inteligente se relacionan con la doble categoría "bibliotecarios o inteligencia", y sinónimos para violencia como agresión y brutalidad se relacionan con la doble categoría "toreros o violencia." Pero, ¿qué tal si le damos la vuelta a los elementos, y a usted le preguntan si listo e inteligente se relacionan con la doble categoría "bibliotecarios o violencia" o a la doble categoría "peleadores o inteligencia"? En este caso, probablemente le va a tomar más tiempo relacionar listo e inteligente con la categoría que contiene "inteligencia", porque estas dobles categorías contienen elementos que no están estereotipadamente relacionadas entre sí. De ese modo, al comparar la rapidez con la que las personas clasifican palabras o imágenes, la IAT indirectamente estima qué tan cerca asocian las personas ciertos elementos entre sí. Para examinar los estereotipos raciales, por ejemplo, la prueba puede reemplazar bibliotecarios y peleadores con blancos y negros. Con esta versión del IAT, respuestas más rápidas a "blancos o inteligencia" y "negros o violencia" (comparado con "blancos o violencia" y "negros o inteligencia") podría indicar la presencia de un estereotipo implícito.
La Prueba de Asociación Implícita ha sido utilizada para medir una variedad de asociaciones escondidas, como los estereotipos implícitos raciales y de género, actitudes hacia personas de edad avanzada y preferencias por candidatos políticos en particular (Greenwald, McGhee, y Schwartz, 1998; Nosek, Banaji, y Greenwald, 2002). Las asociaciones implícitas han sido detectadas hasta en investigaciones de grupos mínimos, cuando las personas no han tenido experiencias de grupo pero demuestran asociaciones positivas con nombres de miembros de su grupo interno y asociaciones negativas con nombres de miembros del grupo externo (Ashburn-Nardo, Voils, y Monteith, 2001). Como con otras medidas de estereotipos, los puntos obtenidos en la IAT también han sido asociados con medidas de comportamiento de discriminación. Por ejemplo, un estudio encontró que los estudiantes blancos con resultados pro-blancos en la IAT, más tarde trataban mejor al compañero blanco mientras conversaban que a uno negro, como fue determinado por calificadores independientes quienes vieron videocintas de las conversaciones (McConnell y Leibold, 2001).
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